Welcome Message from Bishop Wilkowski

My dear Brothers and Sisters in Christ:

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On July 7th, 1997, the Evangelical Catholic Church was consecrated into pastoral service to witness the Sacramental, Liturgical and Scriptural life of Catholicism.  We are not now, have never been or will never be connected to the political Evangelical wing of politics.

 

Today, I sincerely welcome you back to the post-Covid Evangelical Catholic Church.

Now that we have emerged from our hibernation, the first item on our agenda is to rebuild our community and to embrace solid and positive steps to reestablish ourselves to best position possible to resume the celebration of our vocation.

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Bricks for the Future

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I believe that the ECC’s plan of action for rebuilding must be the “brick by brick” method with the first brick being able to identify appropriate avenues of reengagement with the People of God to remind them of who are today.

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As soon as humanly possible, I shall begin the process of returning to local Chicago television to resume the production of our program Evangelical Catholic Life.  This program ran for five seasons and helped us to build a community here in Chicago and I believe we can do this once again. 

The “second brick” will be of no surprise to anyone – recruiting vocations to the priesthood and religious life. We simply cannot provide sacramental care without deacons and priests.  It is my prayer that the Holy Spirit will bless us with candidates who will be able to joyfully witness our evangelical charism in the celebration of the sacraments.  And I am also especially praying for candidates who are bi-lingual.  

 

The “third brick” will be our continuing invitation to all, especially those who find themselves pastorally orphaned, to join us in forming communities to celebrated and partake of the gifts of the Sacraments.  Without having the People of God to experience our celebration of Catholicism – we will have nothing.

 

As you visit out web site, I hope that you may find our jurisdiction one that may be worthy of your consideration and possible participation.

In this coming process, I will be somewhat limited in how much “heavy lifting” I can do.  About four years ago, I was diagnosed with progressive hardening of the heart, aka: Heart Failure Level C that has rendered me with limitations on what I can and cannot do physically.  Thus, the success of our reestablishing will co-depend on the willingness of others when it does come and to share with the heavy lifting.  I am praying that God send us individuals who can still find hope and excitement in their journey in faith.

 

Let me concluded by thanking you for taking the time to visit our reconstructed and updated website and to read and consider this Welcoming Message.  I realize that this message is someone different in tone than most, but I have always believed in laying my cards upon the table in the spirit to honesty and full disclosure.

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Please remember that I shall be including you and your intentions in my prayers and Masses.

 

I remain,

 

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Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo:

 

El 7 de julio de 1997, la Iglesia Católica Evangélica fue consagrada al servicio pastoral para testimoniar la vida Sacramental, Litúrgica y Escritural del Catolicismo.  Hoy les doy la más sincera bienvenida a la Iglesia Católica Evangélica post-Covid.

Ahora que hemos salido de nuestra hibernación, el primer punto de nuestra agenda es reconstruir nuestra comunidad y adoptar pasos sólidos y positivos para restablecernos en la mejor posición posible para reanudar la celebración de nuestra vocación.

 

 

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Ladrillos para el futuro

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Creo que el plan de acción de la ECC para la reconstrucción debe ser el método “ladrillo a ladrillo”, siendo el primer ladrillo capaz de identificar vías apropiadas para volver a comprometerse con el Pueblo de Dios para recordarles quiénes son hoy.

 

Tan pronto como sea humanamente posible, comenzaré el proceso de regresar a la televisión local de Chicago para reanudar la producción de nuestro programa Vida Católica Evangélica.  Este programa duró cinco temporadas y nos ayudó a construir una comunidad aquí en Chicago y creo que podemos hacerlo una vez más.

 

El “segundo ladrillo” no sorprenderá a nadie: reclutar vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa. Simplemente no podemos brindar atención sacramental sin diáconos y sacerdotes.  Es mi oración que el Espíritu Santo nos bendiga con candidatos que puedan presenciar con alegría nuestro carisma evangélico en la celebración de los sacramentos.  Y también estoy orando especialmente por los candidatos que son bilingües.

 

El “tercer ladrillo” será nuestra invitación continua a todos, especialmente a aquellos que se encuentran pastoralmente huérfanos, a unirse a nosotros para formar comunidades para celebrar y participar de los dones de los Sacramentos.  Sin que el Pueblo de Dios experimente nuestra celebración del catolicismo, no tendremos nada.

 

Al visitar nuestro sitio web, espero que encuentre nuestra jurisdicción como una que pueda ser digna de su consideración y posible participación.

En este proceso venidero, estaré algo limitado en cuanto a la cantidad de “trabajo pesado” que puedo hacer.  Hace unos cuatro años, me diagnosticaron endurecimiento progresivo del corazón, también conocido como insuficiencia cardíaca nivel C, que me ha dejado con limitaciones en lo que puedo y no puedo hacer físicamente.  Por lo tanto, el éxito de nuestro restablecimiento dependerá también de la voluntad de los demás cuando llegue y de compartir con el trabajo pesado.  Oro para que Dios nos envíe personas que todavía puedan encontrar esperanza y entusiasmo en su viaje de fe.

 

Permítanme concluir agradeciéndoles por tomarse el tiempo de visitar nuestro sitio web reconstruido y actualizado y de leer y considerar este mensaje de bienvenida.  Me doy cuenta de que este mensaje tiene un tono diferente al de la mayoría, pero siempre he creído en poner mis cartas sobre la mesa con un espíritu de honestidad y total revelación.

 

Recuerde que lo incluiré a usted y sus intenciones en mis oraciones y misas.

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me quedo,

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